Por Pedro Cosma
La constitución es la ley de leyes, ninguna ley pude estar por encima de ella, en consecuencia toda ley que entre en contradicción con esta, debe ser declarada inconstitucional.
En el pais existen sectores que aúpan y patrocinan con el concurso de ciertos legisladores, la elaboracion de leyes que buscan garantizar supuestos derechos, que dicen ellos forman parte de un Estado garantista.
El proyecto de ley de salud sexual y reproductiva, que es patrocinado por los diputados Cristian Paredes y Hugo Núñez, es una clara violación a la constitución y un atentado a la moral y buenas costumbres.
Viola la constitución en sus artículos 32 y 34, el primero que habla sobre la forma en que esta constituido nuestro escudo, el cual posee la biblia abierta en el evangelio de juan capítulo 8 versiculo 32, ese vrsiculo expresa lo siguiente. Y conocereis la verdad y la verdad os hará libres.
El artículo 34 de nuestra carta magna, expresa, El Lema Nacional es “Dios, Patria y Libertad”.
Lo anterior es una demostración de que vivimos en un pais, fundado en principos cristianos y que todo lo que atente contra la violación con lo que le dio origen nuestra nacion, plasmado en los artículos anteriores, no solamente es inconstitucional, sino que seria renegar de los principios sobre los cuales, los libertadores pensaron, la construcción de una nueva republica.
Es un atentado a la moral y buenas costumbres, toda vez que permite un liberalismo sexual, lo que garantiza legalmente que pueda aprobarse sin mayores escollos, el matrimonio entre parejas de un mismo sexo. Una ley totalmente absurda, que pretende otorgar derechos a los niños y adolecentes, para que sin consentimiento de los padres, los medicos puedan realizarles abortos. Una ley que plantea la enseñanza de una educación sexual, dirigida a promover el sexo a temprana edad, propiciado con la entrega de preservativos a nuestros hijos e hijas, a partir de los 6 años de edad.
En fin, un proyecto concebido en el infierno, obra del mismo lucifer, en el que algunos legisladores, convertidos en promotores de la inconstitucionalidad, y en verdaderos enemigos de Dios, se les olvida que ellos tienen familia y que las cosas que promuevan contraria a los verdadero principios y valores cristiano, tan bien las consecuencias vendrían sobre ellos.
Hay un pueblo de rodilla, no clamandole a baal, sino al Rey de Reyes y Señor de Señores, al Gran Yo Soy, al Dios de Abrahan, de Jose, Isaac, Jehova de los Ejercitos, el que pelea nuestra batalla y el que no va a permitir la instauración de una abominación como esta ley, violatoria a la constitución y a nuestros valores y principios de familias sanas y saludables.
El autor es pastor y aspirante a diputado por el PQDC.
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