
(Tomado del Periodico El Caribe)
Por Emerson Soriano
Giovanni Sartori, uno de los teóricos más famosos de la ciencia política y más particularmente de los partidos y sistemas de partidos, llama la atención sobre el peligro de asignar más o menos importancia a los partidos con arreglo al establecimiento de un umbral, por debajo del cual se considera que un partido carece de importancia (Vg. El famoso 5% del universo de los votos), aduciendo que no existe un rasero absoluto para evaluar la importancia del tamaño y que esa fórmula conlleva a omisiones graves.
En su obra más importante sobre la cuestión, titulada “Partidos y sistemas de partidos”, Sartori persiste en el peligro de valorar los partidos atendiendo únicamente a la posibilidad de obtención de escaños. Y establece dos normas cardinales para atribuir importancia a un partido político; la primera, fundamentada en el cálculo realista de las posibilidades de coalición, sobre la que plantea:
[…Se puede no tener en cuenta, por no ser importante a un partido pequeño siempre que a lo largo de un cierto período de tiempo siga siendo superfluo en el sentido de que no es necesario ni se lo utiliza para ninguna mayoría de coalición viable. A la inversa, se debe tener en cuenta a un partido, por pequeño que sea, si se halla en posición de determinar a lo largo de un período de tiempo y en algún momento como mínimo una de las posibles mayorías fundamentales…]
Y la segunda, fundamentada en la capacidad de intimidación de un partido, la cual formula como sigue:
[…Un partido cuenta como importante siempre que su existencia, o su aparición, afecta a la táctica de competencia entre los partidos y en especial cuando altera la dirección de la competencia –al determinar el peso de la competencia centrípeta a la centrífuga, sea hacia la izquierda, hacia la derecha o en ambas direcciones- de los partidos orientados hacia el gobierno…] (Sic).
El Proyecto de Ley de Partidos Políticos enviado al Congreso por la Junta Central Electoral, por el alcance de los requisitos que sugiere para la sobrevivencia de los partidos llamados pequeños, no parece tomar en cuenta estas dos perspectivas de la cuestión y, en cambio, se empeña en destruir, de golpe y porrazo, cualquier posibilidad de sobrevivencia de esos partidos más allá del torneo del 2012.
Lo anterior reclama que los principales actores políticos trabajen para que no se empuje a los partidos pequeños a convertirse en un bloque opositor sin cauce legítimo de expresión, lo que equivaldría a cerrar la válvula de la caldera política; porque, cuando eso sucede, tarde o temprano la caldera explota.
Emerson Soriano. es abogado y vicepresidente del PQDC.
No hay comentarios:
Publicar un comentario