lunes, 13 de agosto de 2018

LA CORRUPCIÓN ADMINISTRATIVA Y SUS INSTITUCIONES, TERCERA PARTE. ¨LA CORRUPCION ADMINISTRATIVA DE 1844 A 1930¨


En el articulo anterior esbozamos el surgimiento de la corrupción administrativa en la época colonial, lo acontecido en dicha época, trajo consigo que quienes siguiera interactuando desde una posición de poder, pudieran crear las formulas necesarias para enriquecerse ilícitamente, es así como llegamos a la época de nuestra vida republicana específicamente en 1844, tiempo en la que se crea un nuevo Estado, con una constitución y un gobierno legalmente escogido.


Lamentablemente los gobiernos implantados a partir de la promulgación de nuestra independencia, que nos hizo una nación libre e independiente el 27 de febrero de 1844, dieron muestras de tener manejos fraudulentos y ser poco transparentes. Me permito citar algunos actos que considero fueron actos de corrupción administrativas, ejecutados por distintos gobernantes de la época.


El General Pedro Santana primer presidente del país, incluye en nuestra primera constitución el artículo 210, que pretendía como lo logro, limitar la injerencia o intervención del Poder Legislativo en el Ejecutivo, que a la sazón era presidido por este. El referido artículo le otorgaba plena potestad sobre las fuerzas armadas y sobre todas las decisiones del Estado. Por lo que he de entenderse que el papel fiscalizador del Poder Legislativo estaba limitado, siendo así, era difícil vigilar los actos lesivos al Estado naciente.


Terminado el periodo presidencial del General Pedro Santana, asume inmediatamente Buenaventura Báez,  oriundo de Cabral, Barahona, nacido el 14 de julio de 1812, político y militar dominicano, primer mulato que llegó a ser presidente de la República Dominicana y primer presidente en ser acusado por delito de  corrupción administrativa, además de ocupar el solio presidencial en cinco ocasiones.


La administración de Báez,  concentro su política estatal hacia el enriquecimiento ilícito propio y sectorial, sirviéndose de las bondades y bienes del pueblo, sin construir ningún paliativo social que afrentara la crisis económica existente para la época.


Uno de los delitos más destacados contra el erario público, cometido por esa gestión de gobierno lo constituye el del  1857, el presidente Báez compra con moneda inorgánica la cosecha récord de tabaco, que constituía en ese momento el principal producto de exportación de República Dominicana, y que luego vendió quedándose con las divisas; en otras palabras se apropió de la moneda fuerte que entrarían al país, generando que la moneda emitida por el gobierno se devaluara en 1000%, causando la ruina de los productores tabacaleros y una grave crisis económica, factores que dieron inicio a una revolución en julio de 1857, que estableció un gobierno paralelo con sede en Santiago.


Otro ejemplo que podemos citar son los casos de corrupción administrativa que se dieron durante las administraciones de los Gobiernos de Ulises Heureaux, 1887-1889, 1889-1893, 1893-1897 y 1897-1899. Estos periodos de gobiernos, se caracterizaron por elevar los niveles de corrupción a puntos sin precedentes. Utilizando el soborno, el robo, la represión, la emisión de dinero sin fondos y el tráfico de influencias para mantenerse en el poder.


Después de haber tenido grandes gobiernos corruptos, una vez la nación dominicana es intervenida en 1916 por los norteamericanos, estos crearon lo que fue el Servicio Civil, adjunto a una comisión que entre otras funciones tenía como tarea destituir los funcionarios públicos y la realización de investigaciones relacionadas con el servicio civil mediante las órdenes ejecutivas no.16 de 1917 y 452 de 1920.


A pesar de esto que aparentemente era un esfuerzo por controlar la corrupción administrativa en la época, es el año 1929 que se crea el reglamento 1230, que complementaba la ley 1144 del 1929, que establece un verdadero procedimiento administrativo y contradictorio en los casos de violación a la ley de los servicios estatales.


Desde 1930 hasta 1961. La República Dominicana es gobernada por uno de los más perversos y sanguinarios presidentes que nos ha tocado vivir, Rafael Leónidas Trujillo Molina, un gobierno dictatorial de 30 años, en el que supuestamente los actos de corrupción administrativa parecen ser no tan frecuentes.


Debemos entender que la era de Trujillo, se refiere a un tiempo en la que es difícil la publicidad del delito, pues si sucedía, era porque ya esa persona tendía hacer desaparecida, en razón de que de una u otra forma afectaba los intereses del dictador.


La verdad es que el General Rafael Leónidas Trujillo Molina, propicio y dirigió innumerables actos de corrupción administrativa en nuestro país, desde cosas tan sencillas como la de nombrar a su hijo menor Radhames Trujillo de General, propiciar el nepotismo en distintas instituciones, ya que muchas de estas eran gobernados por hermanos, hijos, sobrinos concubinas y otros cercano familiarmente, además de haberse agenciados tanto el, familiares y cercanos colaboradores, de grandes porciones de dinero, terrenos, instituciones propiedad del Estado, entre otras propiedades del pueblo dominicano.


El 30 de mayo 1961, la República Dominicana ve concluir una tiranía sangrienta, que no solo asesino a dominicanos que no comulgaron ella, si no también, una tiranía que sangro los recursos del erario público, dirigida por un individuo que encarno un sistema absolutista, donde podemos concluir con esta frase. ¨Trujillo era el Estado y el Estado era Trujillo¨.


En nuestro próximo artículo estaremos esbozando la corrupción administrativa desde 1961 hasta la época actual.


Pedro Cosma
Miembro del Comité Político y
Presidente del Distrito Nacional
Del PQDC

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